- CUENTA
Las estructuras para libre movimiento que siguen la metodología Pikler son mucho más que un simple juguete; se trata de una valiosa herramienta educativa que fomenta el desarrollo motor y brinda oportunidades de aprendizaje significativas. Estas estructuras de madera pueden ser aprovechadas de diversas maneras para estimular tanto el crecimiento físico de los bebés y los niños, como el social y emocional.
A medida que el bebé o niño se desenvuelve en el cubo de gateo o el triángulo de escalada, adquiere habilidades cruciales para su desarrollo. Aprende a dominar su propio cuerpo, anticipar movimientos y comprender las consecuencias de sus acciones. Estas habilidades, con el tiempo, le permitirán convertirse en un niño independiente capaz de interactuar con otros sin depender constantemente de ayuda de la ayuda de sus padres o terceros.
Cabe destacar que su uso debe ser supervisado por un adulto en todo momento. No obstante, es fundamental que, durante el juego, se observe pero no se intervenga si el niño no lo solicita. Esta estrategia le permite a al niño disfrutar y aprender de manera autónoma, promoviendo así la confianza en sus propias capacidades, elemento crucial para un desarrollo cognitivo saludable.
Cuando el niño adquiera mayor experiencia con el triángulo Pikler o cualquier otro mueble de este tipo, desarrollará un mayor grado de autoestima, confianza en sí mismo y en sus habilidades motoras. Es posible que, en los primeros días de uso, solicite ayuda y desee que se intervenga en su juego, pero conforme vaya adquiriendo confianza en sus habilidades, la necesidad de intervención por parte del adulto disminuirá gradualmente.
Además, gracias a las carpas de tela, los niños podrán convertir su triángulo en un escondite, una casita, un supermercado, una tienda de campaña o tipi en el bosque, una zona de lectura y relajación, o en todo lo que los niños puedan imaginar, desarrollando así su imaginación y creatividad y siendo un elemento esencial para los juegos de rol y simbólicos.